Nostalgia por los álbumes

Además de ser un reconocimiento al esfuerzo del entrenamiento y finalización de cada competencia, las medallas guardan historias, anécdotas y algunas veces la banda sonora de aquello que paso antes de cruzar la meta. La medalla de Disney , por ejemplo, tiene asociado la gran emoción de finalizar mi primera maratón al compás de la música de Calle 13. La de Chicago , al ritmo de MUSE, evoca como un pequeño traspiés puede sacrificar meses de entrenamiento. La de Nueva York , al acorde de Rock Progresivo, recuerda el valor de la constancia de haberme registrado varios años antes de ganarme el cupo para correrla.  En medio de tantas carreras, la medalla de Ragnar, es pletórica de anécdotas e historias. Esta medalla no fue solo la recopilación de mis historias, sino las historias de otros diez amigos que entrenaron y corrieron conmigo (contando nuestras asistentes de entrenamiento y voluntario ejecutivo).  Asistentes de Entrenamiento, Voluntario Ejecutivo y Ragnarians Ragnar,